La nueva Iglesia de Scientology de Valley trabaja para transformar el prototípico suburbio americano, siendo ahora el centro espiritual y de programas humanitarios y de mejoramiento social de la Iglesia.
A medida que más de 5000 scientologists, amigos e invitados se reunían en marzo para la apertura de la Iglesia de Scientology de Valley —un amplio nuevo hogar al norte de Hollywood para los feligreses y la comunidad— hubo momentos de reflexión sobre lo que había unido a esta multitud de scientologists.
“Hoy, inauguramos una Iglesia de Scientology para este Valle de los Sueños”, dijo el Sr. David Miscavige, líder eclesiástico de la religión de Scientology, al dirigirse a la multitud reunida. “Nuestra ayuda es tan diversa como San Fernando Valley”. Así que le damos la bienvenida a sus habitantes de innumerables culturas, etnias y en cualquier situación económica. En ese aspecto, esta Iglesia refleja el Credo de Scientology a la perfección: ‘Que todos los hombres, sea cual sea su raza, color o credo, fueron creados con los mismos derechos. […] Y que las almas de los hombres tienen los derechos de los hombres”.
San Fernando Valley, al que se refirió como una cuenca aplanada abarcando 32 kilómetros de longitud y cerca de 19 kilómetros de ancho, es suficientemente grande para contener las ciudades de San Francisco, Washington y Boston juntas. “Valley”, como se conoce el área popularmente, es también el prototípico suburbio americano, una soleada masa de asfalto y arquitectura modernista, con suficientes áreas verdes como para albergar venados, linces y coyotes, y un lugar que 1.8 millones de personas demográficamente diversas han convertido en su hogar. La nueva Iglesia de Scientology de Valley sirve a todos los rincones de esta cuenca, a lo largo de sus 44 ciudades y comunidades, desde Burbank y Glendale hasta Hidden Hills, Calabasas, San Fernando y Universal City.
La diversidad de Valley en sí ha hecho de esta nueva Iglesia un punto ideal para sus programas seculares de mejora social y sus campañas populares de educación sobre las drogas, derechos humanos y valores morales.
Los visitantes que llegan por primera vez a Valley rara vez tienen problemas para reconocer este ejemplar de la cultura americana, en parte porque es tanto un lugar como un estado de ánimo. Su nombre viene de una misión fundada en 1797 por frailes franciscanos, pero durante los últimos 100 años ha servido de escenario para miles de películas de Hollywood, y en el último medio siglo, para incontables episodios de televisión, haciéndolo al menos subliminalmente familiar para millones de estadounidenses.
Para los amigos y simpatizantes de la Iglesia, representa algo más: es un sueño colectivo, impulsado por el compromiso humanitario y de justicia social que caracteriza a la religión. Es la nueva encarnación de una Iglesia que comenzó a prestar servicios en Valley hace 45 años, convirtiéndose en la nueva Iglesia de Scientology Ideal número 57 internacionalmente, y la 19.ª en el oeste de Estados Unidos.
La Iglesia consta de dos estructuras color arena entrelazadas, abarcando 8825 metros cuadrados: la Iglesia de Scientology local más grande en Estados Unidos y la segunda más grande en el mundo. El buen corazón de la organización de la Iglesia es un reflejo no solo de Valley como un oasis de hospitalidad y civilización, sino de la principal misión de la Iglesia en el mundo: un lugar donde trabajar por el mejoramiento social y en campañas de derechos humanos, y un lugar donde otros grupos religiosos y sin fines de lucro puedan llevar a cabo actividades para la comunidad.
Casualmente, el Fundador de Scientology, L. Ronald Hubbard, vivió cerca, al norte de Hollywood, en la década de 1940, donde continuó su carrera como escritor y utilizó los principios de Dianetics para ayudar a la gente: incluyendo muchos actores de Hollywood. Sus experiencias en Valley sirvieron como material para obras posteriores y coincidieron con su servicio como oficial especial para el Departamento de Policía de Los Ángeles, una tarea que lo llevó a algunas de las calles más peligrosas del centro de Los Ángeles. “Fue ahí—dijo en una conferencia de 1952—, donde aprendí que el criminal tenía arreglo”.
Las numerosas asociaciones de la Iglesia con comunidades clave y sus dirigentes fueron evidentes en la celebración de la inauguración. Entre los oradores invitados estuvo Robert Green, delegado del jefe de LAPD (Departamento de Policía de Los Ángeles, por sus siglas en inglés) para Valley, quién mencionó el valor de las intervenciones sociales cooperativas basadas en “la comunicación, el respeto y programas cooperativos llevados a cabo entre la policía y organizaciones civiles”. Green, quien ha trabajado con miembros de la Iglesia durante casi una década, dijo que tales intervenciones ayudan a mantener a los jóvenes alejados del sistema de justicia penal. “Cuando empecé a tomar el camino de la prevención —dijo—, me encontré caminando junto a la Iglesia de Scientology. Quedé impresionado por vuestra constante dedicación a poneros manos a la obra y crear una comunidad mejor”.
Quedó tan impresionado por los seminarios de La Verdad sobre las Drogas de la Iglesia que la policía de Los Ángeles expandió el programa localmente a una serie que incluye La Verdad sobre las Pandillas y La Verdad sobre la Violencia Doméstica. Describió los resultados como “drásticos”: “Hemos cambiado el rumbo de más de 25 000 vidas en Valley”.
También elogió las asociaciones interreligiosas de la Iglesia.
“Habéis sido cruciales en la unificación de los movimientos religiosos que ofrecen y apoyan soluciones alternativas. No solo os estáis forjando una posición entre el público, sino que estáis protegiendo nuestro futuro. Eso es lo que yo llamo ‘practicar la fe’”.
Valley Habla
Socios elogian a la Iglesia de Scientology por unificar un movimiento para crear un entorno seguro en San Fernando Valley.
Ayudando a Salvaguardar Nuestro Futuro
“He trabajado con los miembros de vuestra Iglesia durante casi una década. Y desde el primer día quedé impresionado por vuestra constante dedicación a poneros manos a la obra y crear una comunidad mejor. Os he visto impartiendo los seminarios de La Verdad sobre las Drogas en mis comisarías en Mission y Foothill, así como en organizaciones a lo largo de San Fernando Valley. Reconozcámoslo: seas judío, católico, cristiano o scientologist, todos estamos aquí para mejorar la comunidad y mejorar las vidas de los demás. Pero la verdad es que la Iglesia de Scientology ha tomado el liderazgo entre nuestras Iglesias. Habéis sido cruciales en la unificación de los movimientos religiosos que ofrecéis y apoyáis soluciones alternativas. Y lo habéis hecho en colaboración con cada comisaría de policía de Valley. No solo os estáis forjando una posición entre el público, sino que estáis protegiendo nuestro futuro. Eso es lo que yo llamo ‘practicar la fe’”.
Saber a Quién Recurrir
“Nunca olvidaré un año en que necesitaba organizar una fiesta de Navidad para los niños a los que enseño. Llamé a la Iglesia de Scientology. Una llamada, es todo lo que requirió: nos invitasteis y organizateis un día especial de Navidad completo. Todavía recuerdo a una niña cuyo padre estaba desempleado. Le pregunté qué quería para Navidad y me dijo: ‘Este año creo que todo lo que quiero son “frijoles y tortillas”’. Sabía que sus padres no tenían dinero para nada más. Así que cuando esa niña vio los regalos para ella de parte de vuestra Iglesia, bueno, su cara se iluminó. Vuestras fiestas anuales se han hecho famosas”.
Siempre Ahí para Ayudar
“Mi primer encuentro significativo con vuestros Ministros Voluntarios fue en el terremoto de Northridge. Los Ministros Voluntarios estaban ahí atendiendo a las víctimas y organizando las líneas de abastecimiento. Y se podían ver Ministros Voluntarios por todas partes. Porque estaban ahí con vuestras camisetas amarillas, brillando entre los escombros, llevando recursos vitales, incluyendo más de 40 camiones de víveres y 10 toneladas de provisiones. Y día tras día, semana tras semana, con más de 10 000 horas de ayuda voluntaria que dedicasteis a la ciudad y a nuestra gente. Y por eso, Los Ángeles está muy agradecido a la Iglesia de Scientology”.
Creando el Camino Hacia una Vida Mejor
“Cuando leí los preceptos de El Camino a la Felicidad por primera vez, fue como si se encendiera una luz. Vi que eran paralelos a la palabra de Dios. ¡Es el camino para mejorar nuestras vidas! Llevé El Camino a la Felicidad a mi Iglesia. Lo leí desde el púlpito y le dije a mi congregación: “Coged un precepto. Leed uno al día. Y cuando lleguéis al precepto 21, veréis un gran cambio en vuestra vidas”. El mundo de hoy necesita una verdadera resurrección. Y ante eso, los scientologists lo hacen todo a gran escala. Habéis decidido que vamos a hacer esto hasta el final de los tiempos, hasta que el infierno se congele, e incluso entonces lo haremos sobre el hielo”.