La apertura de la nueva Iglesia de Scientology de Ámsterdam en la histórica “Milla del Conocimiento” de la ciudad refleja el carácter de la comunidad de scientologists que celebraron la apertura de la nueva instalación, y de su renovada dedicación a su ya exitoso trabajo contra las drogas e iniciativas humanitarias.
En medio del ambiente del viejo mundo de Ámsterdam, con sus canales, puentes y arquitectura centenaria, también hay un ambiente que viene del legado de dar la bienvenida a otros; un sentido de tolerancia y diversidad que impregna su atmósfera cosmopolita, donde personas de 187 nacionalidades comparten esta histórica ciudad. Todo esto se hizo patente a finales de octubre, cuando alrededor de 1300 feligreses e invitados se reunieron, bajo cielos que amenazaban mal tiempo, para abrir la nueva Iglesia de Scientology de Ámsterdam y reafirmar su dedicación humanitaria de las misiones de la Iglesia ahí.
La religión de Scientology tiene una larga historia en la ciudad, estableciendo su primera Iglesia de Scientology en Ámsterdam hace más de 40 años. La nueva Iglesia, con su moderna arquitectura en lo que se conoce localmente como la “Milla del Conocimiento”, marca un compromiso renovado hacia la antigua obra de scientologists locales en programas de mejoramiento social y campañas humanitarias con y entre la gente de los Países Bajos.
El Sr. David Miscavige habló de las relaciones que los scientologists han tenido con la ciudad. “Antes de que la cinta caiga —dijo—, tomemos un momento para contemplar vuestro lugar en la historia holandesa, por no mencionar en su mitología. Porque ya no estáis navegando contra el viento, y ya no estáis bordeando los cabos de vuelta a casa. Al contrario, os habéis hecho a la mar en dirección a la eternidad misma”.
Ese viaje ha traído consigo dedicación —mencionaron los oradores invitados— y una solidaria relación entre la congregación de la Iglesia y la comunidad en general.
Maarten Lubbers, Presidente de Ámsterdam Unida ha hablado de la Iglesia como un nuevo miembro para mejorar los institutos de aprendizaje, compañías y organizaciones de ‘la calle más inteligente’ de los Países Bajos.
“Todo el mundo necesita un santuario que ofrezca soledad y serenidad con uno mismo, y con su familia y amigos”, comentó. En la vida, la gente experimenta pérdidas, tragedias y desean y necesitan reflexionar. Y vuestro nuevo hogar es una extensión de esta calle, las puertas están abiertas y la gente es bienvenida. Y creo que aquí todos serán recibidos con consideración y con los brazos abiertos, porque este es un centro que está realmente dedicado a inspirar y elevar espiritualmente a nuestra sociedad holandesa”.
Quizá la mejor representación de las campañas de mejoramiento social llevadas a cabo por los scientologists en los Países Bajos sea el trabajo de la filial local de la Comisión de Ciudadanos por los Derechos Humanos (CCHR), que ha sido una fuerza vital en la protección de los derechos de los niños holandeses. Su presentación al Comité de las Naciones Unidas por los Derechos del Niño sobre la medicación excesiva a los niños en el país, dio como resultado un mandato nacional para investigar las causas de los síntomas del TDAH.
Los scientologists de Ámsterdam también han hecho frente al consumo de drogas en la ciudad, distribuyendo más de 25 000 folletos de La Verdad sobre las Drogas. Los preceptos morales universales de L. Ronald Hubbard contenidos en El Camino a la Felicidad han llegado a 150 000 personas. Como voz activa en actividades interreligiosas, la Iglesia también ha defendido el diálogo entre los grupos religiosos para salvar las diferencias y fortalecer la interacción de la comunidad.
Las nuevas y llamativas instalaciones de 7340 metros cuadrados expanden la huella de la Iglesia en Ámsterdam y proporcionan un nuevo punto de lanzamiento para programas humanitarios más amplios. La instalación de cinco pisos, a minutos del centro de la ciudad, se destaca como un nuevo y emblemático edificio para la esperanza y la colaboración, con más de 70 000 transeúntes pasando diariamente.
Otros oradores también hicieron menciones especiales de los programas de mejoramiento social de la Iglesia y hablaron de lo que las campañas de Scientology por los derechos humanos y la justicia social han significado localmente.
Michael van Gils, experto en medicina y oficial regional en jefe ahora jubilado, ha estado activo exponiendo el consumo de drogas en la industria de la salud, lo que ha llevado a nuevas leyes y conciencia pública.
“Muy a menudo —dijo a la multitud— las escuelas consideran que los niños son ‘demasiado activos’ o que ‘se distraen con facilidad’ y los envían al médico familiar que a su vez los dirige al psiquiatra… para que drogue a sus hijos. Juntos, tenemos que oponernos a esto, y en medio de esta crisis, nuestra guía es CCHR”.
Sheela Vyas, presidenta del Consejo de Mujeres de Ámsterdam, quien ayudó a liderar los derechos de las mujeres y ha sido voz contra la violencia doméstica y el maltrato infantil, dijo que conoció por primera vez a los voluntarios de Scientology a través de un grupo interreligioso de mujeres.
“Y fue a través de ellas que descubrí El Camino a la Felicidad”, dijo. “Este pequeño libro es una herramienta muy útil para capacitar a las personas para que tomen responsabilidad por sus propias vidas y las vidas de los que les rodean. Les inspira a crecer y a ser ciudadanos responsables y amorosos. Y así forma una base sólida sobre la que construir una sociedad decente”.
Ari van Buuren, Presidente de la Iniciativa de Religiones Unidas de los Países Bajos, señaló la diversidad de la ciudad y el enriquecimiento social a la que ha estado dedicada la Iglesia. Ha florecido con la participación en la Iniciativa de Religiones Unidas de la ciudad, dijo.
“Podemos ganar un mundo mejor donde no haya miedo, ni injusticia y un mundo sin intolerancia. Nos podemos complementar el uno del otro. La esencia se reduce a darnos la bienvenida los unos a los otros, celebrando las bendiciones juntos. Continuemos haciéndolo así en el espíritu de Ámsterdam”.
DE TODO CORAZÓN
Dignatarios locales comparten su apoyo y se comprometen a continuar trabajando juntos por el bien de Ámsterdam y el mundo en general.
Inspirando y Elevando a la Sociedad Holandesa
“Todo el mundo necesita un santuario que ofrezca soledad y serenidad con uno mismo, y con su familia y amigos. En la vida, la gente experimenta pérdidas, tienen tragedias y desean y necesitan reflexionar. Y vuestro nuevo hogar es una extensión de esta calle, las puertas están abiertas y la gente es bienvenida. Y creo que aquí todos serán recibidos con consideración y con los brazos abiertos, porque este es un centro que está realmente dedicado a inspirar y elevar espiritualmente a nuestra sociedad holandesa”.
Una Cruzada para Proteger a los Niños
“Con CCHR, me encontré a mí mismo en una cruzada junto a millones de personas. Aquí estaba un compañero que no solo decía algo, sino que actuaba. Y así lo habéis hecho, en nombre de todos nosotros. Fuisteis al Parlamento Nacional y dijisteis: ‘Nuestros niños merecen algo mejor’. Llegasteis a más de 2000 médicos, educadores y líderes políticos con vuestro mensaje y con hechos… Gracias a CCHR, los pediatras tienen que advertir contra la prescripción de medicamentos para el TDAH…, y ese es un cambio permanente”.
Proporcionando una Brújula Moral
“Este pequeño libro [El Camino a la Felicidad] es una herramienta muy útil para capacitar a las personas para que tomen responsabilidad por sus propias vidas y las vidas de quienes les rodean. Los inspira a crecer y ser ciudadanos responsables y amorosos. Y así, forma una base sólida sobre la que construir una sociedad decente. En momentos como estos, donde los estándares morales están disminuyendo en Holanda y en otros lugares, la gente necesita herramientas eficaces para educarse a sí mismas… Porque la verdadera educación no se trata de obtener diplomas, sino de tener una brújula moral para hacerse cada vez mejores”.
Proporcionando Libertad Espiritual
“Hay un antiguo proverbio holandés que dice: ‘mejora el mundo mejorándote a ti mismo’… Necesitamos de un movimiento de espiritualidad, que nos libre de la soledad y el aislamiento. Y la transformación y formación que ofrecéis contribuye profundamente a eso. Su esencia es el conocimiento de uno mismo y una consciencia espiritual. Ofrecéis una importante contribución a la consciencia y libertad espirituales. En la cultura occidental, el pensamiento racional y la espiritualidad han quedado separados…, y Scientology los ha vuelto a unir”.